Recuerdo que alguien me sentencio cuando tenía apenas 13 o 14 años: “eres una viciosa” en referencia a mis gustos musicales y que me aislaba con mi walkman rosado chicle oyendo a Bon Jovi o Guns’n Roses, no mucho tiempo después comencé a fumar y el resto de mis vicios es historia y “esos” vicios no son el motivo de esta entrada.
Desde hace un buen tiempo estoy metida en esto de las redes “sociales” que cada día me alejan más de la vida real…

No puedo negar el hecho de que fue grato haber logrado contactar antiguos compañeros de colegio o de trabajo y como refería mi amigo Juan Faerman en una entrevista, al menos Facebook, es una red mas como para 30 añeros en adelante… es agradable hacer Flashback y ver como esta esa gente que en un momento de tu vida compartió tiempo/espacio contigo.
Así como los encontré, deseche a más de uno, sea porque tenemos vidas y rumbos distintos hasta creencias y posturas tanto religiosas como políticas con las que no comulgo.
El hecho es que también se ha abierto la factibilidad de conocer gente nueva… bueno, que no es tan nueva para el almanaque pero si para mi, y han sido tan diversas las experiencias que van desde alegrías hasta tristezas, amores y desamores, promesas rotas, promesas vigentes y algunas ya cumplidas, pero en general es nada más que agotar el tiempo cuando tiempo es lo único que se tiene.
Esta adicción a las redes sociales (por ponerle un nombre que todo el mundo entienda aunque la connotación es por lo general negativa) que en un momento me sumo más de 1000 “amigos” un buen día me llevo a reevaluarme en cuanto a que quería yo con coleccionar gente a la que ni idea de ellos, gente que solo me agradaba ver en fotos porque en persona eran sumamente incómodos o que rara vez coincidía con ellos en algún chat, o que sencillamente no me interesaba a quienes solo conocía de nombre o referencia o era el ex ex ex novio de una amiga del colegio… de repente de 1000 pase a 600.. ok! allí me quede me estacione por unos meses alrededor de ese número y no fue mala la raqueta que pase, pero igual… cuando comenzaron a jugar la granja y hacer test de cuanta loquera les sugería la aplicación (lo cual también yo hacia jajaja), pues borre otros tantos y baje a 300… hasta las navidades del año pasado… diox! Que insoportable la felicidad desbordante de todos, cuanto se amaban unos a otros y me etiquetaban en cuanta foto alegórica a las navidades posteaban.
Fue cuando pude sacar mi lado oscuro y gritarle al mundo que: no me gusta la navidad ni el año nuevo, me saca de quicio la felicidad colectiva por alguna fiesta común me irrita el alma, lo hice, grite, le dije a los que me quedaban que iba a filtrar nuevamente a mis amigos y una cosa llevo a la otra y termine con 85 amigos, que solo eran los cercanos y familia, muy grato, muy real... y muy aburrido.
Me di cuenta para que servían los otros 900, que era no mas para enterarme de chismes de camino, que quien hizo que y a donde fue, que si fulana se caso y la otra se divorcio, que si este se salió del closet y el otro sigue oculto… ese tipo de cosas son las que hacen que Facebook se hiciera atractivo y lamentablemente me di cuenta una vez más que mi grupo tan cerrado y tan cercano era muy como yo, quizás hermético, quizás random, quizás muy “nosotros”, de hecho solo lo abro cuando veo un post de mi sobrina que esta en Ghana y la conexion a internet es tan mala que solo sirve bien el chat de facebook por lo liviana que es la pagina y apenas hablo con ella un rato y cierro, de resto con el rabo del ojo por el tweetdeck veo que ha pasado alla sin mucha expectativa, entonces decidí retomar mi cuenta en Twitter, además que allá tenía noticias instantáneas, esa era la excusa.
Mi historia con Twitter es mucho más corta, tengo apenas 314 días, y lo abrí cuando hubo el boom solo para reservar mi Nick cuando aun no se podía cambiar a diestra y siniestra como ahora! Y lo abandone, hasta que cuando comenzaron las protestas del 23 de enero 2010, las noticias eran super calientes, todo chévere y comencé a darle follow a varias personas, agencias de noticias, políticos, enlace mi canal de youtube con Twitter, Facebook también, baje seesmic, me dejo de gustar y baje tweetdeck… y hoy justo hoy me estoy dando cuenta que:
• En menos de 1 mes ya tengo 90 seguidores lo cual no es mucho pero siendo yo un ser humano normal que no dice mucho y que me reservo mis opiniones hasta tener claro todo el escenario (además no soy comunicadora social jajaja).
• Estoy conociendo gente que ni conocía pero con los que comparto ideas al menos políticas y profesionales.
• La gente escribe BIEN sin errores ortográficos, cosa que me encanta porque ya no me duelen los ojos al leer algo.
• Hay de todo tipo de gente de todos lados, de todas las profesiones y edades pero con una madurez digna de un adulto contemporáneo y con temas de conversación y gente que no te pide tu email o tu msn! Solo estamos allí, en el momento que estemos.
• Dejo todo a un lado, se me olvida el mundo, no contesto el teléfono, no como, me confundo con a quien retwiteo, me hacen mentions en cosas que no me acordaba haber posteado, me envían directmessages, me vuelvo a confundir y respondo en el timeline, me estreso, me molesto, googleo lo que no entiendo, me alegra un saludo o un beso de algún desconocido, leo la noticia recién posteada, y todas las sucesivas, me pierdo navegando en elpais.com, se me mezclan la realeza europea con las celebridades de eonline, me amargo por no poder ir a un twetq, en fin un universo paralelo que desconocía, que me confunde pero me encanta. Punto
Quizás es mas impersonal que cualquier red social, por eso para mí no lo es, al menos yo no lo considero así, no estoy allá haciendo amigos solo compartiendo un muy buen rato.
Pero la moraleja de esta historia no es hacerle publicidad a ninguna red, sino darme cuenta que mientras más digo: “estar allá” o “estar acá” (refiriéndome a mis 2 nuevos vicios Twitter y Facebook que sumo a mis otros vicios de los cuales los nombrarles son solo café y cigarrillos), mas me doy cuenta que es cuando más estoy aquí… en mi planeta, en mi espacio/tiempo, en mi mundo, el cual disfruto cada instante, cada momento.
Estoy en mi capsula, en modo DO NOT DISTURB, comunicándome con quien quiero hacerlo en el momento que quiera hacerlo, sin tanto drama, sin el romanticismo barato del 14 de febrero, huyéndole a la vida real de los demás… mientras gasto lo que tengo TIEMPO.
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