Quizás sea esta la mas nostálgica de mis entradas…
Cerrar, cerrar, cerrar capítulos, clausurar puertas que se cerraron detrás de mi…
No es fácil cerrar.
Según mi Sensei espiritual por momentos Paulo Coelho (por momentos, porque me encanta leerlo más, no puedo seguirle el ritmo en muchas cosas! mi estrechez de pensamiento como que no llega hasta allá, me freno en lo que para los demás es obvio!)
Hubo un escrito muy célebre de él, que justamente trataba de eso, cerrar capítulos y me acompaño por mucho tiempo, lo leía a cada rato, y se hizo parte de mi filosofía de vida, sin embargo, hubo un momento en el que me aleje de todo, de mi fe, de mis creencias, de mi misma… recién ahora es que estoy recuperándome de todo este marasmo.
Conseguí con la ayuda de Papa Dios, dentro de mí y con mucho dolor de por medio a saber cuándo se acaba una etapa en mi vida, luchando conmigo misma para no insistir en quedarme, como carajito que quiere más fiesta cuando ya cortaron la torta y tumbaron la piñata…
La cosa es que con el tiempo comencé a cerrar y cerrar y cerrar pero también a abrir 'ventanas' delante de mí, como decia mi teoría que era mía, aunque jamas la patenté: “cierro las puertas detrás de mí, pero dejo una ventana abierta por si las moscas…” bueno ya aprendí a cerrar hasta esas ventanas, que solo traían moscas…
Lo que se termino, se termino, sea amistad, sea noviazgo, sea matrimonio, sea trabajo, lo que sea, que se acabe se acabo, es que a la gente se le agotan las ganas…
Tengo una anécdota que siempre cuento porque es prácticamente una pregunta obligada: porque te divorciaste? (pregunta mi interlocutor), a lo que yo respondo (y se repite todo el tieeeeempo): se acabo todo, si! el amor se agota, la paciencia, la estabilidad, la vida se agota, nada es eterno y el que lo crea bien por él, porque para mí lo único eterno es Dios, nada ni nadie más!
Pero volviendo al tema que me desvié, resulta y acontece que… sencillamente, en mi afán de dejar ir cosas, de soltar y liberarme de todas las cargas emocionales últimamente me ha dado por quemar… si quemar, no es que sea piromaníaca ojo! Nada que ver, sino que los domingos que, de por si son super fastidiosos e infinitos recojo las hojas del patio de mi casa, hago montoncitos con ellas y las quemo, ocasionalmente mis sobrinos me ayudan y pasamos un rato agradable viendo los colores de las llamas que cambian de acuerdo a la composición química de las hojas que se quemen o de los materiales que se hayan colado en el rastrillado…
Después de quemar, queda una cama de cenizas, que con el paso de la brisa de la semana, se cuela como polvo a la casa y si con suerte llueve no vuelan tanto… ese simple hecho de quemar se lleva consigo muchos pensamientos y sentimientos, la soledad, la frustración, el ver lo poderoso del fuego y como extingue lo que pueda llevarse a su paso, me resulta la solución perfecta para la limpieza energética y espiritual que necesite en el momento…
A mi me funciona…
Elucubraciones de una Mente Acalorada... o lo que es lo mismo, una adolescente tardía o una anciana prematura! que insiste inexorablemente hacer reingeniería en su vida, recordando lo bueno para disfrazar lo malo! Tantas veces que me han dicho que mi vida parece una telenovela, que al fin me decidi a escribir... veamos que pasa, quien aparece, quien no aparece, recuerdos, experiencias normales y paranormales (para no decir anormales)...
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